Es la segunda de cinco hermanos, -única hembra-, nacida el 10 de diciembre del 1911 en Facinas. Hija de Antonio Estévez Núñez natural de Facinas y de Juana Salado Toledo nacida en Algeciras. Nieta paterna de Francisco Estévez Lorenzo y de Ana Núñez Silva
Criada en un Vico antiguo, en un ambiente familiar muy estricto, pasa su vida con primas y hermanos, cosiendo y realizando labores propias de mujeres de aquella época.
Con 24 años contrae matrimonio
con Cristóbal Cózar Valencia, joven Municipal de 29 años,
el día 15 de Noviembre del 1934.
Instala su hogar en la Plazoleta de San Isidro junto a la de Luz Álvarez.
El 13 de Octubre
del 1935 nace su primer hijo, llamado Pedro.
Momentos difíciles políticamente los que atravesaba nuestra España. Ello motiva que su marido fuera movilizado y enviado al frente de la Guerra Civil. No llegó a combatir pero se recorrió toda la península, suministrando alimentos a la beligerancia militar.
Al regresar a Facinas siguió ejerciendo de guardia municipal hasta el término de la guerra.
Por aquellos momentos Ana pasa por difíciles trances ya que sus hermanos, Pepe y Juan, son incorporados al ejercito con temprana edad; por ello a esa quinta se le llamó “la Quinta del Chupete”. Sin embargo tuvieron que estar en el ejército cinco años.
Mientras Pedrito se criaba como un niño “normal” sus travesuras eran renombradas en Facinas cuando de él se trataban.
En 1940 cambian de domicilio y se van a vivir a la casa ubicada en la parte trasera de la carpintería de Enrique Oliva, en el piso superior,
Allí nace su segundo hijo, Juan Antonio, el 27 de Septiembre del 1940.
Durante este tiempo su padre y sus hermanos, que son albañiles, le construyen una casita en la esquina del huerto, ¡hasta con un retrete! (es un decir, puesto que se trataba de una “orza” como taza). Las cañerías desembocaban lógicamente en un pozo ciego del huerto.
Finalizada la guerra civil volvieron los excombatientes, algunos “mutilados de guerra”. Uno de ellos, Manuel Valencia, cuñado de Ana, solicita en propiedad la plaza de municipal que se le otorga, por tanto, Cristóbal que cesar en su cargo.
De no ser por la intercesión del entonces Alcalde de Tarifa Don Francisco Terán Fernández, que creó en ese momento la plaza de Administrativo del Ayuntamiento de Facinas para que la ocupara su marido, Cristóbal y toda su familia lo hubiesen pasado mal.
El 18 de marzo del 1943 nace su tercer hijo, Cristóbal, en la casa de Vico que su padre y hermanos habían terminado de construir el año anterior. Su abuelo Antonio le llamaba “malos pelos” porque tenía los cabellos muy tiesos y un llamativo flequillo.
En mayo del 1944 fallece el padre de Ana, al parecer de peritonitis pero que por aquel entonces denominaron como un “dolor miserere”.
Su vida transcurre pacíficamente criando a sus tres hijos en un ambiente familiar y hogareño dedicándose, además, a coser para la calle dada su prodigiosa habilidad con la aguja e hilo.
El lugar del nuevo trabajo de su marido no era cercano ni mucho menos cómodo de llegar. Las angostas calles de Vico y la subida hasta el Ayuntamiento eran un problema añadido a la carencia de agua para beber y lavar o la falta de luz eléctrica. Ello motiva que alquilaran una casa a la “señá” Antonia Padilla en la calle Merced nº 18 junto al paseo de abajo. Por lo menos, la calle estaba empedrada y la cercanía a la Mesta, a las Cabrerizas para lavar la ropa, a la fuente de la Iglesia en busca de agua para beber se hacía menos engorrosa.
En la foto se ve la casa y la calle. La casa es la del tejado a la izquierda.
Sus hijos Juan Antº y Cristóbal en la puerta de la calle viendo pasar a los romeros.
Fotografía de la Romería de San Isidro en el año 1950
El 26 de octubre de 1950 nace Anita, su esperada hija, que llena la casa de gran júbilo tanto por ser niña como por su especial encanto. En esas fechas Pedro tenía ya 14 años, Juan Antonio “Nono”, 10, y el pequeño Cristóbal, 7. Su marido desempeñaba entonces el cargo de Alcalde pedáneo de Facinas. |